En el último boletín de la European Agency for Safety and Health at Work de marzo 2018 se hace referencia a los riesgos laborales derivados de los llamados “empleos verdes” que a veces son más significativos de lo que pudiera parecer en una primera aproximación. En un mundo dominado por los titulares fáciles y las etiquetas impactantes, parece que todo aquello que lleve adjunto el adjetivo “verde” es bueno por naturaleza y, sobre todo, inocuo.
Entendemos por economía verde aquellos trabajos que implican reducción de residuos, su tratamiento, la generación de energía que no produzca gases de efecto invernadero, la protección de ecosistemas. Es un sector en el que se prevé crear un millón de puestos de trabajo nuevo para 2020, fecha en la que la Unión Europea ha marcado como objetivo incrementar en un 20% la producción de energía renovable y eficiencia energética en comparación con la cifra existente en 1990.
El problema está en que por un lado los nuevos requisitos medioambientales implican una menor generación de residuos a aportar a los vertederos, es decir, que las propias empresas deben tratar y reducir la generación de elementos de desecho en sus procesos productivos, lo que añade riesgos nuevos a los trabajadores de esas empresas. Por otro lado, los nuevos procesos y los nuevos equipos que se instalan para una producción más eficiente energéticamente, implica el desarrollo de nuevas técnicas para las que los trabajadores todavía no están adecuadamente formados y que pone en peligro su integridad. A ello debemos añadir que existen importantes problemas con el reciclaje de piezas y elementos que alcanzan su obsolescencia, como puede ser el caso de las palas de los rotores de los aerogeneradores. Téngase en cuenta que sólo en España, en los próximos 8 años dejarán de estar en uso 4500 de esas palas, cada uno de 40 a 45 metros de longitud, cuyo reciclaje es difícil y costoso: actualmente se encuentran almacenadas en las proximidades de parques eólicos a la espera de que se encuentre una solución viable económicamente para su reciclaje (Fuente: LaVanguardia 07/09/2017). Dentro de estos esfuerzos está el programa BRIO de la Unión Europea).
Todo ello está llevando a la UE a realizar estudios prospectivos de cómo serán los trabajos en el sector en los próximos años, con un horizonte temporal en 2020, con objeto de ayudar al legislador comunitario a desarrollar las normativas necesarias para una adecuada protección de la seguridad y salud de los trabajadores implicados.